viernes, 11 de noviembre de 2011

EL PAPEL DEL CORREDOR PÚBLICO COMO AUXILIAR DEL COMERCIO.

Para empezar por el principio, diré que el comercio, en esencia, origen y sentido más amplio, es el intercambio de satisfactores, sean cuales sean éstos y sea cual fuere el modo de efectuar el intercambio. Bajo esta óptica, todo aquello que satisface una necesidad es un satisfactor, y toda forma de realizar el intercambio es válida, por lo que puedo afirmar que para nuestros ancestros el comercio era el aprecio por el satisfactor, hoy mercancía, con desprecio del precio, pues lo mismo el tráfico de mercancías se daba mediante la guerra, el robo, y ya más civilizados, por el trueque, siendo las mercancías armas, herramientas, esclavos, territorio, información, etc. Al paso del tiempo y con el desarrollo creciente de habilidades diversas en los grupos humanos, y con ello la división del trabajo, surgieron las primeras personas dedicadas a servir de intermediarios entre consumidores-usuarios y productores de una misma comunidad, y luego de una comunidad con otra, y con ello las primeras formas de regular la actividad del intermediarismo como expresión originaria de la actual correduría. De modo que en las sociedades primitivas primero surgió el comercio y a continuación su inseparable realizador, promotor o ejecutor: el Corredor; y posteriormente la escritura, como medio idóneo para dar permanencia y seguridad al tráfico mercantil, ya sujeto a reglas, y a los actos públicos relevantes. Así pues, la Correduría, desde su modalidad más antigua y hasta la fecha, corre al parejo con el Derecho Mercantil y el comercio y junto con éste se modifica y adapta continuamente a las nuevas circunstancias, lo que no necesariamente ocurre con la legislación civil; ¿recuerdan cuántas modificaciones ha sufrido el Derecho Mercantil en los últimos 50 años, y cuántas el Derecho Civil en los últimos 500? Y conscientes de que el comercio es el más universal, antiguo, ágil, cambiante, diverso, adaptable y creciente de los fenómenos sociales y que nosotros los Corredores Públicos somos los profesionistas idóneos para su realización, no tan sólo porque lo dice la ley, sino por el profesionalismo que nos distingue, para ser sus auxiliares en grado óptimo de eficacia y correr parejo con el desarrollo y universalidad de expresiones del comercio, la mayoría de los Corredores son postgraduados, algunos con Maestría en Valuación, o Mediadores del Poder Judicial, permanentemente actualizados en materia jurídica y demás temas relacionados con la correduría. Más aún, los Corredores sabemos que no todas las modalidades de comercio están reguladas por la ley, y en algunos casos los bienes objeto del tráfico carecen de las formalidades requeridas para su realización, y que sin embargo el comercio se realiza, como en el caso de los inmuebles cuyo propietario carece de título de propiedad inscrito en el Registro Público, pues la falta de formalidad no lo impide, como tampoco el tráfico de Concesiones de Transporte Público, o el “financiamiento a cuenta” de vehículos para el servicio de transporte público, etc., para comprender lo cual, desde el punto de vista mercantil, sugiero leer “El Misterio del Capital”, de Hernando de Soto, que leí por generosa sugerencia de nuestro colega Jorge Olivares Quiroz. En tales casos, los Corredores lo hacemos posible sin mengua de su legalidad, gracias a nuestra capacidad creativa, como en el caso de la “factura mercantil” obra de nuestro colega Jesús Mael Cantú Frías; el “contrato preparatorio de compraventa de inmueble, por intermediación de Corredor Público”, y el “pagaré con garantía”, aportación de nuestro colega Mauricio Gámez Imaz; y el “comprobante legal de propiedad y posesión de inmuebles” y el “contrato de asociación en participación entre permisionarios y choferes del transporte público”, de mi autoría, amén de otros instrumentos, estudios y propuestas jurídicas aportados por colegas como Raúl Fernández Rodríguez, Rubén Villa Léver, Rafael Angulo Cebreros, Manuel Fernández Peralta, Joaquín Oseguera Iturbide, Pedro Eduardo Silva, Alejandro Burciaga Molinar, y otros brillantes exponentes de la Correduría Pública; aportaciones que por estar legalmente fundadas y representar soluciones viables a problemas que parecían irresolubles, hablando sin falsa modestia, podrían convertirse a la postre en derecho vigente, para comprender lo cual sugiero la lectura de “La Ciudad Antigua”, de Foustel de Coulanges, que trata de cómo se formaron las instituciones del Derecho Romano, desde sus orígenes. Por otra parte, sabemos que con el resurgimiento de nuestra profesión, por virtud de la expedición de la LFCP y su Reglamento, en la medida que crecemos estamos recuperando espacio en actividades propias de la Correduría, que ya otros gremios estaban explotando (valuadores e intermediarios), por lo que nos consideran “invasores” de lo que creían suyo, no obstante que estamos facultados expresa y específicamente por varias leyes a desempeñar cada una de nuestras funciones, lo que no ocurre con ellos, que se amparan únicamente en el Artículo 5° Constitucional. Aunado a lo anterior, reconocemos que durante nuestra involuntaria “capitis diminutio”, en el mercado de servicios fedatarios, nuestros competidores “se sirvieron con la cuchara grande”, arrogándose facultades que de origen no les corresponde, como fedar en asuntos regulados por las leyes federales, no obstante ser tan sólo fedatarios locales, gracias al poder político que detentan, por constituír, más que un gremio fedatario, una élite política, por estar incrustados en los 3 Poderes del Estado y en los 3 niveles de gobierno, con clara violación a las prohibiciones expresas contenidas en los Artículo 49 y 101 Constitucionales, de no concentrar más de un Poder del Estado en una sola persona o corporación (Consejo de Notarios), ni aceptar ni desempeñar empleo o encargo, salvo los cargos NO REMUNERADOS, lo que les permite ejercer impunemente el tráfico de influencias para legislar (notarios-Diputados-Locales-y-Federales-y-Senadores: Benítez Treviño, Camacho, Navarrete Prida, etc.); ejecutar la ley (notarios-funcionarios-públicos; Miguel Alessio, Asesor Jurídico presidencial); y juzgar (Ministros-notarios: Aguirre Anguiano-Sánchez Cordero), razones por la que constituyen el principal obstáculo para nuestra reivindicación profesional, pues son el problema a resolver y además son juez y parte. Pues bien, no obstante el cúmulo de datos a nuestro favor que he referido, desde la expedición de la LFCP estamos ante una situación paradójica: por una parte, el número de Corredores aumenta y cada vez también aumenta nuestra clientela, lo que significa que hacíamos falta, que somos socialmente útiles; y por la otra, que la autoridad, en vez de obrar en consecuencia y apoyar nuestras actividades “con toda la fuerza del Estado”, propiciando legalmente la reivindicación de todas nuestras facultades tradicionales, incluida la de fedar en materia inmobiliaria, ha hecho exactamente lo contrario, pues las veces que ha modificado la legislación que incide en nuestro quehacer, lo ha hecho para restringir nuestras facultades y sobrerregular nuestras funciones, como ahora que seguramente lo hará vía reforma a nuestro Reglamento. ¿Y qué hemos hecho para impedirlo, salvo estudios y propuestas alternativas de solución jurídica, cuando que el principal problema es político y por ende la solución también debe serlo? Estamos conscientes de que la autoridad, por la naturaleza de sus funciones, en su afán de gobernar o controlar todos los fenómenos sociales, a las veces incurre en excesos e injusticias, atentando incluso contra las características de nuestras funciones, que son las mismas del comercio: simplicidad, seguridad y economía, al pretender sobrerregularlas mediante disposiciones de dudosa o nula eficacia, sin que a la fecha hayamos opuesto, todos y cada uno de nosotros, todas y cada uno de los recursos legales y políticos que la ley pone a nuestra disposición, para que los hagamos valer como cualquier ciudadano de la República al ser perjudicado por un acto de autoridad injusto e ilegítimo, sin olvidar el diálogo respetuoso, dado que aunque quizá obran de buena fe, no siempre son las personas idóneas para desempeñar el cargo, pues suelen juzgar la actuación de los Corredores con criterio civilista, contrario a la naturaleza de nuestra función. ¿Por qué hemos incurrido en esta omisión que nos perjudica en lo personal, como gremio y a la Institución misma de la Correduría?, ¿olvidamos ya que somos Abogados, y que si todos combatimos jurídicamente todas las arbitrariedades, el problema deja de ser jurídico para transformarse en político? Ésta es la clave, evidenciar ante todo mundo que es político y público, lo que aparenta ser jurídico y privado. ¡Para eso estamos aquí, hoy, en el Heroico Puerto de Veracruz!, para conocernos y para reconocernos como integrantes de un mismo gremio, como practicantes de un mismo oficio que ejerceremos seguramente el resto de nuestra vida, para analizar y discutir el por qué de nuestra omisión autodestructiva en la defensa de nuestros intereses vitales; para intercambiar información, experiencias profesionales de todo tipo, “tips” de negocios, problemas y propuestas de solución, lo mismo individuales que de todo el gremio; para comprobar, en fin, que como Corredores son más nuestras coincidencias que nuestras diferencias, lo que debe motivarnos a la solidaridad recíproca en las acciones en defensa de intereses legítimos, aportando ideas y propuestas de solución, no abandonando a colegas en la lucha, porque lo que hoy les hagan, mañana podrían hacérnoslo, y no habrá quién nos respalde. Y todo ello partiendo de la convicción de que somos un gremio profesional que, en el proceso de reivindicar la posición que legal e históricamente nos corresponde, tenemos que enfrentar no sólo las dificultades propias del mercado, sino la oposición incluso de algunos colegas que creen estar de paso en la Correduría, de nuestros competidores y de las mismas autoridades, sujetas a presiones de la élite y a su formación jurídica civilista, y que a pesar de ello, hemos de considerarlos y tratarlos respetuosamente, como lo que son, no como enemigos, porque como dicen que dijo Octavio Paz: “Las diferencias no hacen enemistades”. Por su atención, muchas gracias. 
Atentamente. 
Veracruz, Ver., 12 de noviembre de 2011. 
Lic. Adrián García Fierro, 
Corredor Público N° 2, Plaza Guerrero.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Reunión de Corredores Públicos

REUNIÓN DE CORREDORES

Por medio de la presente me permito hacer una Atenta Invitación a todos los Corredores del País a Una "Reunión de Trabajo" que tendrá lugar el día 12 de Noviembre de 2011 en el Restaurante Condimento del Hotel Emporio en el Puerto de Veracruz; a las 9:00 A.M; con la finalidad de compartir experiencias, escuchar propuestas y lograr acuerdos que nos permitan emprender acciones concretas encaminadas a defender nuestros intereses y consolidarnos como gremio.

Toda vez que se trata de Reunión de Trabajo se desarrollará bajo el siguiente:

ORDEN DEL DÍA

1.- Papel del Corredor Público como Agente Auxiliar del Comercio.

2.- Intercambio de Ideas, "Tips" de trabajo y Material, entre los Asistentes.

3.- Exposición y Análisis de la Situación Actual de la Correduría en los Siguientes Rubros:

a) Legal.

b) Con las Autoridades.

c) Con la Competencia.

4.- Propuestas de Actividades a realizar en Defensa de la Correduría y del Gremio.

5.- Asuntos Imprevistos.

Nota-1.- Se deja a consideración de los asistentes el que tengamos una Cena de Clausura con la idea de convivir, conocernos e integrarnos más como grupo, aprovechando la estancia en el Puerto.


 

Nota-2.- Para fines de logística, favor de confirmar su asistencia.


 

Atentamente

Lic. Román García Bravo.

Corredor Público número 15

Plaza Veracruz.

(271) 712 62 73