Al igual que la vil hiena,
ente cleptoparásito
y por ende depredador,
así es el gobernador;
ladrón y chingaquedito
que ríe por su panza llena.
Si antes fue sólo encubridor
del crimen de Aguas Blancas,
ahora brincó esas trancas
y pasó a ser ordenador
de asesinar estudiantes
que no querían ser ninis,
ni políticos ignorantes:
sólo hombres con buenos fines.
13-12-2011.
Aca/Gro.
AGF