martes, 28 de junio de 2011

DELINCUENCIA COMÚN Y DELINCUENCIA ORGANIZADA. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS.

I.- Orígenes. Al iniciar su actividad, el delincuente común es llamado ladronzuelo, rata, mañoso, y roba tanques de gas, carteras, bicicletas, ropa de los tendederos, cuches, etc.

A algunos les dá por la política, y son llamados politiquillos, y empiezan robando artículos de escritorio, viáticos y "haciendo amigos" a costa del erario o sea dejando de cobrar impuestos, por ejemplo, pero cobrando una comisión por su omisión

II.- Desarrollo. Para lograr mejores botines, se asocian y forman pandillas o bandas y roban vehículos, transportes de carga o pasajeros, almacenes, bancos, etc.

Los politiquillos se afilian a "ismos" como alemanismo, echeverrismo, zeferinismo, figueroismo, aguirrismo, y a los partidos políticos, para alcanzar mejores puestos y presupuestos: diputados, presidencias, gubernaturas, senadurías, y entonces son llamados "políticos de clase o clase política", y se apropian de presupuestos de secretarías, programas sociales, etc.

III.- Armas. Los delincuentes comunes usan, al inicio, armas como navajas, machetes, pistolas y conforme van ascendiendo van incrementando el calibre y variedad de armas, como fusiles, ametralladoras, lanzagranadas, etc.

Los políticos empiezan como simples lambiscones, acomedidos, alcahuetes y conforme van aprendiendo mejoran su aspecto y lenguaje, pues aprenden que la educación y las buenas maneras son la mejor arma para engañar, y por último, en la cúspide de su carrera, sólo utilizan el voto, instrumento que les sirve de maravilla para acceder a los presupuestos más jugosos y al verdadero poder, el de las armas, y no tan sólo como principiante local, sino al del máximo exponente en su tipo: Hitler, quien arribó al poder no gracias a las armas, sino al voto, y de allí a las armas contra el resto de Europa primero, y del mundo después.

Por cuanto a las semejanzas y diferencias entre unos y otros, la verdad, como dijo el cómico de la lengua larga: "No me crean tal listo". Ái búsquele.

Acapulco, Gro., a 27 de junio de 2011.

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